Biografía

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Quito, Pichincha, Ecuador
Fabián Guerrero Obando nació en Quito, Ecuador en 1959. Es escritor y doctor en Jurisprudencia por la Universidad Central del Ecuador. Profesor Universitario. Ensayos suyos han aparecido en diversas revistas nacionales e internacionales. Ha publicado las obras Olor a Tierra, 1979; Me separo me persigo, 1995; Facticio ficticio, 1998; Nexos casuales, 2001; El Viaje, 2003,las partes, 2006; y Zanja en 2009. Ha sido invitado a varios encuentros de escritores y poetas, dentro y fuera del Ecuador. Consta en antologías nacionales y extranjeras. Representante Internacional de la Casa del Poeta Peruano con sede en Quito. Fue presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores (SEDE). Parte de su poesía ha sido traducida al inglés y al alemán. Profesor universitario, imparte asignaturas relativas a literatura, crítica de las manifestaciones culturales, arte y pensamiento del siglo XX, redacción y estilo, lenguaje y expresión y en materia jurídica derecho penal, derecho procesal penal entre otras.

jueves, 23 de septiembre de 2010

"El Viaje" de Fabián Guerrero Obando

Atormentada por sí misma o por la historia del hombre, es una poesía terriblemente transparente. Ocupa las páginas en una disposición que, sin duda, no es casual: dos o tres renglones en la parte superiores, dos o tres renglones en la parte inferior. Y, en medio, un inmenso espacio en blanco. Algo así, como el cielo y la tierra del hombre, la noche y el día, la luz y la sombra. La afirmación y la negación. El cuervo y el cuerpo, etc. Dualidades complejas complementarias. El amante y la amante, la vida y la muerte.

Sin mencionarse nada más que en el título, el leimotiv del viaje está en el subsuelo de esta escritura atormentada. A veces es un viaje que no va más allá del mismo hombre, de su propio corazón, o de los mares de su casa, como otro Ulises de mares interiores.
Negros, emponzoñados, inmóviles.

Paisajes humanos desolados en cuyo cielo hay un solo vuelo: el de un negro cuervo. Acaso soñado o herencia histórica del hombre. La nave del viaje no es otra que el cuerpo, navegando toda la vida por sí mismo, sin otra salida. ¿Sin ninguna otra salida?. O con la salida de la muerte. Alude a las verdades eternas, a vuelos ontológicos.

Ingrediente humano es, asimismo, el tiempo: preocupación de filósofos y artistas. El hombre: criatura hecha de tiempo y corazón desoído. ¿Como si fuera inútil la recurrencia del amor?, que también se lleva el tiempo, porque el amor también envejece, incluso en un minuto."El dedo minucioso del tiempo me da en el corazón" ¿El amor es el único viaje verdadero, el único destino? Aún cuando sus partículas de eternidad no sean reconocidas jamás.

El destino del poeta: escribir. Esperar  una voz o comprender que la vida es una espera de algo que no llega nunca, como los personajes de Esperando a Godot,  de Beckett. Conciencia del tiempo, deseo de destruirlo.
Certeza de que solo el amor nos acompaña. ¿Es la única cucharada de eternidad o precipitación de la fugacidad del tiempo?

Ulises con sirenas ajadas, como si la belleza, que es la verdadera perturbación del hombre, empezara por su deterioro. O como si el navegante llegara un instante después del esplendor. "Ristras de senos ajados"..."Apura la pena despellejada del amor". El transcurso del hombre, el envejecimiento del fulgor de la carne. La soledad en medio del instante de la única hermosura. "Dos pumas de la cola del amor. Cubránlas". Con síntesis poderosas alude a la carga, a los lastres del amor, a sus peores ataduras, a las  viejas morales acumuladas como el Perro Andaluz, por siglos contra ese solo minuto de libertad.

El Ulises de Fabián Guerrero Obando hace un recuento del mundo y de su historia inicua: pequeño apocalipsis detenido en el ojo humano. Porque esta poesía historia la humanidad y los muchos hombres hombres que es el hombre. "Hachas hurgando la carne.Los ruidos de la muerte. El bosque humano, talado. Persistente en la "carne moribunda, húmeda/tesoro del asesino" En el buitre humano de siempre y de este instante atroz, cuando la destrucción de los cuerpos solo es noticia mediática; nada más. Pero el poeta, como John Donne, nos hace a todos cómplices de cada muerte. De cada muerto.

El viaje es así, una suma terriblemente dramática, mejor dicho trágica. Al estilo de los grandes griegos como Sófocles. Una poesía enorme.


Por Carlos Carrión (Diario La Hora, sábado 30 de diciembre de 2006)

domingo, 8 de agosto de 2010

ANTOLOGÍA (poesía en paralelo cero)


Me pienso como un perro mascando su tragedia
crepuscular y mal oliente fuego contra las visiones.
¿Y la puerta que raspaba?
¿la puerta que raspaba?
Facticio Ficticio (1998)
En medio de cristales rotos
silenciosos
imprime la marca de sus húmedos dedos.
Es su albergue,
su lugar de espera.
Nexos casuales (2001)
No hay sino cuerpo solo.
Lo que existe es cuerpo solo.
El resto es un violentarse de ácaros,
larvas.
Y el tiempo cava,
se vuelve hueco solo, sombra de su leve voz.
¿Canto o agonía?
El viaje (2003)
La lluvia es todo lo que queda del invierno.
Plomo,
limo.
Y unos hilos rotos cercando la zona.
Amanece, manuscribo. Emparedo el amor.
El viaje (2003)
Algo se desplaza entre sus dedos índices.
Aquellos espejos repitiéndole esos túmulos.
Y unas cartas
y un tendón
y una flor.
Y estas pápulas encalleciéndonos a todos el corazón.
Las Partes (2006)
Empieza a anochecer
y solo escucho ese mismo suspiro devoto
y alguna risa infantil.
Quiero imaginar a Laura y Efraín, mis padres,
tomados de las manos, sin un pliegue,
abriéndolas, cerrándolas;
mirándose de pronto
en la solidez de sus carnes.
Mucho antes de este hombre a medio podrir.
En la embotellada música de la felicidad.
Las Partes (2006)
Salgo a la calle oscura.
Él, que ya ha muerto está ahí de pie.
Una rata le lame la pierna,
el pecho,
la cara.
La cara es la mía.
Mis ojos en aquella cara.
Y su repentina acometida.
Las Partes (2006)
Este ojo, tuerto…
Ahora está cambiando esto de aquí…
Esta parte la veo más de cerca.
Otro ojo…
Estas rayas, parecen pelos,
o dos dedos… unos dedos.
Ya no veo más.
Las Partes (2006)

Tengo un gusano en la sien izquierda.
Y en cada ojo
Y en la garganta…
En la urna pélvica lo oigo gorgotear.
Hace su ronda en el ducto biliar
Y en el sexo.
Veo al gusano en lo que orino
Y lo huelo.
Ese gusano es ese gusano
Y no algo…
Una palabra
Las verdes redes
O el insomnio del viudo.
¿Podré alcanzarlo?
Vuelve la cabeza para asegurarse de su trance
Y en su pelo casi blanco de acordarse
Se reconoce cierta felicidad.
Zanja (2009)
No la veo, no encuentro sus ojos en el aire.
Nada que se le parezca
Ni a sus pies descalzos.
Me seguían.
Seguí la rasgadura de orquídeas
Que anunciaban su viaje.
Círculo donde se estacionan la vida y la muerte.
Redonda, amarilla, de madera…
Sigilo de madera que la lleva dentro
Haciéndose
Y tiempos…
Rezar,
Mientras su sombra se hace noche.
Mundo perdido en el vientre de un animal perdido.
Seguía, seguí…
Solo que llegamos tarde
Y una voz nos raya sobre la lápida nocturna.
Zanja (2009)
No son pasos,
Sino palomas defecando en el templo muerto.
Lo que oye es la voz polvorienta
De esa campana impuesta.
Es el ruido sucio y oscuro de la lluvia
En su encéfalo minúsculo.
No es la simple flor de salvia,
Sino el sordo álamo blanco
De la muerte,
Posándose.
Zanja (2009)

Limpia la piel de la mujer.
Esa área debilitada.
Protuberante.
La pared de la arteria.
El cerebro.
El vaso sanguíneo que no abastece más.
Y el juego amoroso de la sangre.
Afuera no sangra. La sangre es el límite.
Dice sinapsis y ningún cuerpo se mantiene
Unido. Menos el de la mujer.
Más que piadosas. Dulces. Las sinapsis
Rompen. Y entonces sangran.
En ese algo de llamada.
Zanja (2009)

Precisa apoyar la cabeza en la almohada.
Intenta movimientos de vaivén
Como de negación
y luego de afirmación,
Hasta conseguirlo.
Cabezazos sobre el centro de la almohada,
Pero no lo cree.
No es el centro de la almohada, dice.
Está a solas con la noche, que no cesa.
El hombre se levanta y reinicia la serie.
Al final de la noche, aún es la noche…
En trozos
En pedazos
En pólipos.
Zanja (2009)

domingo, 15 de noviembre de 2009

LANZAN LIBRO «ZANJA» DE FABIÁN GUERRERO, EN EL SENO DEL II FESTIVAL INTERNACIONAL «JOSÉ GUILLERMO VARGAS», EN BAMBAMARCA-PERÚ - 2009


Perú- Bambamarca.-En solemne acto, se lanzó el libro ZANJA, del reconocido vate ecuatoriano Fabián Guerrero Obando. El acto se hizo ante 16 naciones del mundo y un auditorio de más de 800 personas, asistentes al referido Festival Internacional. El encargado de comentar el referido poemario fue el Dr. José Guillermo Vargas, Presidente de la Casa del Poeta Peruano, convocante del evento. Aquí reproducimos la síntesis del aplaudido comentario.****************

Señoras y señores:
Advierto, a la sabia concurrencia, que el libro a comentarse es de difícil lectura y debe ser leído con parsimonia y lentitud como pequeñas grageas sabiamente dosificadas. En los diez minutos que me concede la Mesa, cumpliré el encargo.

Alguien dijo, con sapiencia, que la poesía de Fabián Guerrero es la oscuridad, el hermetismo, el silencio. El Sísifo moderno que carga sobre sus espaldas una montaña, subiéndola y nuevamente descendiendo en una ruta infinita, como explicaban los griegos el absurdo. Para qué , porqué? . Como un elocuente mural en que las sombras y la oscuridad dan esplendor a la luz . Sin esas sombras, sin esas oscuridades el mural desaparece. Y ello es urticante, discurriendo en nuestras venas existenciales. Con dialéctica contundente, Fabián nos fragmenta, nos lanza a una zanja sin fondo.

Pero un silencio luminoso. Porque es en el silencio donde se dan las mayores confidencias; y la óptima poesía se construye en ese mismo silencio, porque pareciera que el ruido de las palabras y su entorno, distrajeran el contenido o las verdades que se intenta decir. Es esa ALETEHEIA (lo no perdido) de que nos hablaban los sabios griegos, maestros del mundo. Y claro, en ese silencio, no es necesario explicar, diagramar, palabrarear. No. Ese silencio luminoso es corrosivo, cala los nervios, para lanzarnos al rostro un puñado de verdades que conmocionan.

Su poesía, repito, es de corrosión mientras desfilan altaneros los absurdos en que el hombre vive y se desespera en medio de una zanja. Camud, discípulo de Sartre, pudo alguna vez explicarnos este absurdo, porque parecía que encontraba la luz al fondo del túnel. Pero se mató una madrugada en un carro que no sabía a donde iba. Había descubierto la fe. Cual fe? Se mató y no lo sabremos nunca.
Este absurdo que lleva en sus entrañas la VERDAD, pudo descifrarla un Hombre - Dios, cuando le preguntaron antes de su martirio, por tres veces, qué era la verdad?. Calló en todos los idiomas. Y nosotros cual Sísifos, seguimos llevando en nuestras espaldas el absurdo, la incoherencia letal.

El poeta Fabián Guerrero Obando, (Abogado de profesión) y poeta de nacimiento, es el apóstol del absurdo, el profeta que bajado del Tabor, nos gritara que no encontró la luz y que es en vano que abracemos la felicidad. En esta estrictez de oscuridad, es riguroso en demasía, hasta consigo mismo. Sus textos lo delatan y nos muestra el dominio de la dialéctica elemental y de la otra, que lo torna corrosivo, antipático, odioso. Pero, pero, eso sólo al comienzo, porque se asesina en su propia dialéctica: le aflora la ternura como un río sutil y en otros caudaloso. ¡Daría dos mundos por una brizna de ternura!! La ternura que lo mata y que lo hace vivir, rechazar e indignarse ante el absurdo. Esa es su poesía, esa su dialéctica, esa su estatura de poeta.

Vuelvo a Camud, el gran discípulo del existencialismo, que con desesperación escribía «El Mito de Sísifo» y que buscaba un hilo de comprensión ante tanto revoltijo incoherente de la vida. Uno de los ateos más sinceros que pude conocer en mis lecturas de universitario. Su desesperación por encontrar una luz al fondo del túnel, hizo que se acercara a la fe, sin que ese ojo de buey le descubriera la verdad que buscaba. Y es que Fabián devora al hombre en su totalidad y en todo su entorno, como el viejo Cronos que engutía a sus hijas las Horas. Por eso trató de explicar y explicarse con el bello y trágico libro LAS PARTES, convirtiéndose, repito, en un terrible anacoreta que bajado del Tabor, escribiera en el techo del palacio el Mane tecel phares de la desgracia, la hecatombe y el exterminio

Aquí conviene recordar las denuncias de Adorno y Horkheimer, quienes dicen que la razón pragmática, subjetiva, utilitaria, reprime lo diverso en la identidad sistemática. Y claro, la abstracción conceptual funciona como negatividad frente al individuo. Con palabras de Heidegger, diríamos: «El ser no puede ser presentado por un sujeto, ni puesta a disposición y dominio. La totalidad del mundo moderno aparece así devorado por el sujeto». Fabián, insisto, lo devora, pero para poder entender, lo fragmenta y nos devuelve al hombre hecho piltrafas de un matadero. ¿Qué somos? A dónde vamos?. La fragmentación, nos hace partes y en cada una de ellas hay espacios y ellos son los silencios y ellos hablan, parlan, cesean, lo que no podemos decir en la totalidad. Todos, absolutamente todos, condenados para ser tirados a una zanja.

Entonces las sugerencias - en orgasmos perpetuos con la fantasía- hacen, dicen mentiras que son verdades. La gran verdad del existir. Nuevamente: Para qué? Porqué?¿ Será cierto lo que decía Vallejo que Dios hizo al hombre cuando quedó dormido? La estupidez del hombre, su orgullo, su prepotencia hacia y con la muerte, nos conmueve e irrita. Por eso como un homenaje a este estupendo libro que me honro en lanzar en este magno evento internacional, me permito dedicarle el poema de Sartre, que es un alarido dicho desde el CUERPO ante la existencia. El poema explica magistralmente lo que con vergüenza no pude explicarme por mi consabida nimiedad.

Saludo al amigo, pero sobre todo a la voz poderosa de este gran poeta latinoamericano, que honra y engrandece el presente Festival Internacional.
Salud con todos. Y también con la muerte?. También!! La llevamos de compañera de viaje.

Gracias.

José G. Vargas Rodriguez

Presidente de CADELPO

Enlace:

http://abejita.lacoctelera.net/post/2009/10/12/libro-zanja-fabi-n-guerrero-ecuador-el-ii

Zanja, poesía de adentro


Por Jorge Briones Villamar

Estas no son expresiones que digan de crítica no valoración literaria. Es la referencia del lanzamiento de este libro, cuyo autor, el Dr. Fabián Guerrero Obando, miembro de la CCE, con ese título entrega al mundo de las letras unas páginas vehementemente intrínsecas.


Lunes, 24 Agosto 2009 00:11

Eran las siete y diez minutos de esa noche lluviosa del jueves 11 de este mes de junio pasado abarrotadas las butacas de la sala Demetrio Aguilera de aquel sobrio edifico capitalino. Con la lectura de varias escenas descritas en versos, y de puntuaciones ricas en reflexión, el maestro de ceremonias inició el acto. Invitó a la apertura al Dr. Antonio Rodríguez, actual presidente de La Casa de la Cultura Nacional, quien, con su natural flujo intelectual, apretó codo con codo a los más de tres centenas de invitados, a beber de la palabra correcta, del pensamiento compartido. Nombró sin individualizar a decenas de intelectuales amigos y subrayó la deferencia con Fabián Guerrero. Escuchar aquellas citas, referencias de amistad y fundamentos literarios, inmiscuía a la sala en un propicio ambiente cultural.

La representante de la editorial Eskeletra, con propiedad, orgullosa de ser la trabajadora de aquellos impresos, relevó el afecto al autor y sus creaciones; citó entre otras la valía de facticio ficticio y las partes, que Fabián ha llevado a la comunidad letrada. No dejó de mencionar otras obras que valiosos autores han puesto a consideración ciudadana y que la editara aquella empresa.

El análisis y lanzamiento del libro estuvo a cargo de la señora Susana Cordero de Espinoza, miembro de la Academia de la Lengua, quien con la erudición propia de su talle, mezclando el tecnicismo del celular que ha moldeado nuestra vida diaria, con el aprecio a la poesía de Guerrero Obando, dando a su relato el tinte de cotidianidad actual que expresa el poemario. Sitúa a sus creatividades realistas como expresiones antropológico-sociales llenas de pensamientos encontrados en una profunda soledad y nostalgia. Sucede con sus conceptos, obliga a no leer sino “escudriñar” entre líneas a Zanja y su contenido. Tan sólo se rompe el silencio de la atención de la concurrencia con sonoros aplausos.

Acude a la cátedra el poeta y lee varios de sus escritos con pausado eco y expreso sentimiento. Me parece que la fecha es la remembranza de algún dolor aún sensible. Pasa las páginas con dubitación, y expresa en palabras profundos, tan hondas como el nombre del libro, las mismas que transmiten su sentir de aquel momento, y que trascienden al hoy, cuando para él, siendo el centro de este acto, son valoradas en misceláneos conceptos.

La juventud numerosa, probablemente sus discípulos y amigos. La masa de experiencia en letras que asistió, con sus aplausos y susurros dijeron su aprecio.

Sólo la exquisita música y vocalización del Conjunto de Cámara de la Casa rescatan de la nostalgia y dolor en versos con que Zanja conmovió al auditórium. Una voz femenina cantando: Todas las Voces Todas y Todos vuelven al lugar en que nacieron, y un cantor de fuste interpretando: Inolvidable y Yo no te pido, nos llevan por la felicidad de usar todos nuestros sentidos. Al final, abrazos, felicitaciones, dedicatorias; degustar un brindis por la salud del libro. Zanja, es bueno, es nuestro, es parte de lo perdido e irrecuperable.

Enlace:
http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/130478-zanja-poesia-de-adentro/

Zanja: el dolor permanente

Publicado el 20/Junio/2009 | 00:06

Por Jorge Dávila

Hay poetas de la luz, como Claudel y poetas de la oscuridad, como Baudelaire; poetas de la vida y la alegría, como Apollinaire, y poetas de la tristeza y la muerte como el Eliot de Tierra baldía. Fabián Guerrero Obando (Quito, 1959) se muestra en su poesía entre los creadores que tienen en las tinieblas y en el fin las vetas más significativas de su obra.

Antes, con El viaje (2003) y Las partes (2006) y ahora con Zanja (Eskéletra 2009), nos pone una y otra vez ante su visión de las postrimerías humanas, áspera, desgarrada, tremenda.

El escritor, transeúnte de los mismos caminos por los que trajinamos todos, tiende, sin embargo, a percibir unos fragmentos de realidad, con los que estructura su discurso, que son los más afines a su sensibilidad y a su modo particular de construir el poema.

Hablando de Zanja, dice Luis Carlos Mussó, nombre representativo de la lírica guayaquileña actual: "el dolor del ser y la soledad irrumpen con fuerza y señorean en este horizonte". Y es verdad, el poeta se desdobla constantemente en un álter ego que sufre: "El hombre parece agotado de estar solo./ Como yo." "Cuando el hombre duerme/ nadie dice lo que debe decir." "Está a solas con la noche, que no cesa.// El hombre se levanta y reinicia la serie.// Al final de la noche aún es la noche…".

Enfrentado a un dolor que no cesa, a una noche perenne, que deforma las visiones de lo cotidiano, que las vuelve negativas, trágicas, el suyo es un universo de lágrimas "en el que todo es tierra. / Nada más que tierra."

Oscilando entre ese otro yo al que da palabra y expresión de sentimientos, y su propio ser en padecimiento, clama: "Doy vueltas y vueltas en mi cama/ como si fuera de otro,/ de un extraño…". Todo es dolor, en Zanja, todo es paisaje de la desolación y de la muerte, e incluso el verbo, que suele iluminar el sendero de los humanos, se vuelve de tiniebla: "No es casa. Fosa es la palabra", y nos sume en hondo desencanto.

Enlace: http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/zanja-el-dolor-permanente-354140.html

“Zanja” un libro de poemas sin esperanza

por Alfonso Murriagui

24 de julio de 2009

“Ya no basta con la muerte, pues puede darse por hecha./ La muerte ha sucedido. Sucede. Y pudre./ La muerte sigue y vuelve a suceder. Siempre./ La muerte de siempre también es otra cosa”.

on esta exclamación reiterativa empieza el nuevo libro de poemas, llamado “Zanja”, escrito por Fabián Guerrero Obando. Es el sexto pemario que publica; esto nos lleva a una primera constatación: Fabián está dispuesto a escribir solamente poesía y esa ya es una buena señal, puesto que nos sitúa frente a un poeta, por oficio y convicción.

Pero los poemas de “Zanja” son poemas tristes, poemas sin esperanza, sin ganas de luchar y de vivir: “¡Qué va a ser de mí, ahora que voy a morir, / Que moriremos? Poemas que nos llevan al mismo final: “Cementerio nocturno anegado en la lluvia. / Los muertos conversan entre sí / y disponen el cierre de todas las salidas”. Así nos quedamos todos encerrados en una misma y única certeza: la de saber que “una voz nos raya sobre la lápida nocturna”.

Sin duda, el libro “Zanja” tiene una gran calidad poética y una extraordinaria fuerza expresiva, consustancial al mensaje que el poeta quiere transmitirnos (además de que está editado en forma impecable por la Editorial Eskeletra). Pero al final de su lectura como que nos quedamos tristes, desarmados, ante los mensajes urgentes de la vida, que nos llaman a gozarla y a pelearla, minuto a minuto, precisamente para romper con los duros y permanentes presagios.

La vida es dura, Fabián, dura e indolente, pero la muerte no es la solución. Hay caminos hermosos que recorrer, paisajes para vivirlos y amor y fraternidad esperándonos a la vuelta de cada recoveco. Pienso que la poesía debe servirnos para vivir intensamente.

Enlace:
http://www.voltairenet.org/article161233.html

sábado, 14 de noviembre de 2009

Nuevo Poemario "ZANJA"

El poeta Fabián Guerrero presenta ZANJA en Perú

Boletín de prensa Nº65

Septiembre 16 de 2009




La poesía ecuatoriana continúa abriéndose camino y ha atravesado nuestras fronteras; en esta ocasión, el reconocido poeta Fabián Guerrero Obando presenta su última obra ZANJA, en el II Festival de Poesía de la Casa del Poeta Peruano.

En los insondables caminos de la muerte, el dolor, la ausencia y el vacío existencial, ZANJA se presentará el 25 de septiembre del 2009, a las 19h00, en Bambamarca, y será comentado por el poeta José Guillermo Vargas Rodríguez del Perú.

El escritor Francisco Proaño Arandi, ha manifestado en su oportunidad que ZANJA "transita una frontera extrema, tanto para el lenguaje, cuanto también para la misma existencia".

Fabián Guerrero, nacido en Quito en el año de 1959, fue presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores. Es docente de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central, y autor de obras como: Me separo me persigo (1995), Facticio ficticio (1998), Nexos casuales (2001), El viaje (2003) y, Las partes (2006). Su poesía ha sido traducida a varios idiomas, y actualmente dirige la revista La Casa de la Casa de la Cultura Ecuatoriana



Enlace:

http://www.facsouce.info/home/contenidos.php?id=32&identificaArticulo=226