Perú- Bambamarca.-En solemne acto, se lanzó el libro ZANJA, del reconocido vate ecuatoriano Fabián Guerrero Obando. El acto se hizo ante 16 naciones del mundo y un auditorio de más de 800 personas, asistentes al referido Festival Internacional. El encargado de comentar el referido poemario fue el Dr. José Guillermo Vargas, Presidente de la Casa del Poeta Peruano, convocante del evento. Aquí reproducimos la síntesis del aplaudido comentario.****************
Señoras y señores:
Advierto, a la sabia concurrencia, que el libro a comentarse es de difícil lectura y debe ser leído con parsimonia y lentitud como pequeñas grageas sabiamente dosificadas. En los diez minutos que me concede la Mesa, cumpliré el encargo.
Alguien dijo, con sapiencia, que la poesía de Fabián Guerrero es la oscuridad, el hermetismo, el silencio. El Sísifo moderno que carga sobre sus espaldas una montaña, subiéndola y nuevamente descendiendo en una ruta infinita, como explicaban los griegos el absurdo. Para qué , porqué? . Como un elocuente mural en que las sombras y la oscuridad dan esplendor a la luz . Sin esas sombras, sin esas oscuridades el mural desaparece. Y ello es urticante, discurriendo en nuestras venas existenciales. Con dialéctica contundente, Fabián nos fragmenta, nos lanza a una zanja sin fondo.
Pero un silencio luminoso. Porque es en el silencio donde se dan las mayores confidencias; y la óptima poesía se construye en ese mismo silencio, porque pareciera que el ruido de las palabras y su entorno, distrajeran el contenido o las verdades que se intenta decir. Es esa ALETEHEIA (lo no perdido) de que nos hablaban los sabios griegos, maestros del mundo. Y claro, en ese silencio, no es necesario explicar, diagramar, palabrarear. No. Ese silencio luminoso es corrosivo, cala los nervios, para lanzarnos al rostro un puñado de verdades que conmocionan.
Su poesía, repito, es de corrosión mientras desfilan altaneros los absurdos en que el hombre vive y se desespera en medio de una zanja. Camud, discípulo de Sartre, pudo alguna vez explicarnos este absurdo, porque parecía que encontraba la luz al fondo del túnel. Pero se mató una madrugada en un carro que no sabía a donde iba. Había descubierto la fe. Cual fe? Se mató y no lo sabremos nunca.
Este absurdo que lleva en sus entrañas la VERDAD, pudo descifrarla un Hombre - Dios, cuando le preguntaron antes de su martirio, por tres veces, qué era la verdad?. Calló en todos los idiomas. Y nosotros cual Sísifos, seguimos llevando en nuestras espaldas el absurdo, la incoherencia letal.
El poeta Fabián Guerrero Obando, (Abogado de profesión) y poeta de nacimiento, es el apóstol del absurdo, el profeta que bajado del Tabor, nos gritara que no encontró la luz y que es en vano que abracemos la felicidad. En esta estrictez de oscuridad, es riguroso en demasía, hasta consigo mismo. Sus textos lo delatan y nos muestra el dominio de la dialéctica elemental y de la otra, que lo torna corrosivo, antipático, odioso. Pero, pero, eso sólo al comienzo, porque se asesina en su propia dialéctica: le aflora la ternura como un río sutil y en otros caudaloso. ¡Daría dos mundos por una brizna de ternura!! La ternura que lo mata y que lo hace vivir, rechazar e indignarse ante el absurdo. Esa es su poesía, esa su dialéctica, esa su estatura de poeta.
Vuelvo a Camud, el gran discípulo del existencialismo, que con desesperación escribía «El Mito de Sísifo» y que buscaba un hilo de comprensión ante tanto revoltijo incoherente de la vida. Uno de los ateos más sinceros que pude conocer en mis lecturas de universitario. Su desesperación por encontrar una luz al fondo del túnel, hizo que se acercara a la fe, sin que ese ojo de buey le descubriera la verdad que buscaba. Y es que Fabián devora al hombre en su totalidad y en todo su entorno, como el viejo Cronos que engutía a sus hijas las Horas. Por eso trató de explicar y explicarse con el bello y trágico libro LAS PARTES, convirtiéndose, repito, en un terrible anacoreta que bajado del Tabor, escribiera en el techo del palacio el Mane tecel phares de la desgracia, la hecatombe y el exterminio
Aquí conviene recordar las denuncias de Adorno y Horkheimer, quienes dicen que la razón pragmática, subjetiva, utilitaria, reprime lo diverso en la identidad sistemática. Y claro, la abstracción conceptual funciona como negatividad frente al individuo. Con palabras de Heidegger, diríamos: «El ser no puede ser presentado por un sujeto, ni puesta a disposición y dominio. La totalidad del mundo moderno aparece así devorado por el sujeto». Fabián, insisto, lo devora, pero para poder entender, lo fragmenta y nos devuelve al hombre hecho piltrafas de un matadero. ¿Qué somos? A dónde vamos?. La fragmentación, nos hace partes y en cada una de ellas hay espacios y ellos son los silencios y ellos hablan, parlan, cesean, lo que no podemos decir en la totalidad. Todos, absolutamente todos, condenados para ser tirados a una zanja.
Entonces las sugerencias - en orgasmos perpetuos con la fantasía- hacen, dicen mentiras que son verdades. La gran verdad del existir. Nuevamente: Para qué? Porqué?¿ Será cierto lo que decía Vallejo que Dios hizo al hombre cuando quedó dormido? La estupidez del hombre, su orgullo, su prepotencia hacia y con la muerte, nos conmueve e irrita. Por eso como un homenaje a este estupendo libro que me honro en lanzar en este magno evento internacional, me permito dedicarle el poema de Sartre, que es un alarido dicho desde el CUERPO ante la existencia. El poema explica magistralmente lo que con vergüenza no pude explicarme por mi consabida nimiedad.
Saludo al amigo, pero sobre todo a la voz poderosa de este gran poeta latinoamericano, que honra y engrandece el presente Festival Internacional.
Salud con todos. Y también con la muerte?. También!! La llevamos de compañera de viaje.
Gracias.
José G. Vargas Rodriguez
Presidente de CADELPO
Enlace:
http://abejita.lacoctelera.net/post/2009/10/12/libro-zanja-fabi-n-guerrero-ecuador-el-ii
